LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD SE PUEDE ENCONTRAR EN TU MICROFLORA INTESTINAL
Los probióticos y prebióticos se han caracterizado más por sus grandes beneficios en la salud intestinal. Sin embargo, cada día la lista de beneficios incrementa considerablemente ya que existe una ruta de comunicación especial entre el intestino y el cerebro que está particularmente modulada por lo que ocurre en la microbiota intestinal, la cual está constituida por el conjunto de microorganismos benéficos que habitan en el intestino.
Los prebióticos se refieren a compuestos que tienen efectos benéficos en la salud de la flora bacteriana intestinal, actuando como alimento de ésta. Mientras que los probióticos se refieren a los microorganismos que al ser consumidos forman parte de esta flora bacteriana y proporcionan también beneficios a la salud [1]. Cuando los beneficios se observan en personas con depresión, se les conoce como psicobióticos [2].
La depresión es conocida como una alteración metabólica del cerebro, la cual puede tener sus orígenes en factores sociales, pero también nutrimentales. Incluso se ha observado que personas con un alto consumo de fibra son menos propensas a desarrollar depresión [2] y que su microflora bacteriana es diferente ya que pueden tener menos bacterias de los tipos Faecalibacterium, Bifidobacterium y Lactobacillus [3].
En un estudio se analizaron los resultados de múltiples análisis (meta-análisis) de los efectos de los probióticos en la depresión, y los hallazgos indicaron que los probióticos ayudaron en gran medida a disminuir este padecimiento en poblaciones con edad menor de los 60 años (posiblemente porque que la mayoría de los estudios se realizaron en poblaciones con esta edad; sin embargo, no se descartan sus efectos en poblaciones de mayor edad) [4]. En otro estudio también de este tipo (meta-análisis), se encontró que los probióticos tuvieron un efecto significativo para mejorar la depresión y ansiedad, mientras que los prebióticos al consumirse sin los probióticos tuvieron un menor efecto [1].
El mecanismo principal por el que la microbiota se puede comunicar con el cerebro es por el sistema nervioso entérico, el cual es conocido como el “segundo cerebro” por la complejidad neuronal [3].
Cuando una persona tiene depresión, el estado psicológico, la falta o exceso de ejercicio, una nutrición deficiente, baja calidad del sueño entre otros factores pueden incrementar los niveles de moléculas que ocasionan cambios en la microbiota intestinal. Estos cambios pueden a su vez incrementar la permeabilidad del intestino, por lo que moléculas inflamatorias pueden llegar al torrente sanguíneo y al cerebro, generando más señales de depresión, alimentando de esta manera un ciclo depresivo [3].
Aunque la mayoría de los estudios se han hecho en ratones, se conocen cuatro mecanismos principales por los que los probióticos pueden tener efectos en la depresión:
- Producción de neurotransmisores (moléculas que tienen efectos en el cerebro): algunos tipos de Lactobacillus producen GABA el cual es un neurotransmisor que ayuda a mejorar la calidad del sueño. También producen histamina, la cual disminuye la secreción de moléculas inflamatorias y disminuyen los niveles de corticosterona (una molécula que induce estrés).
- Producción de butirato: cuando las bacterias fermentan la fibra, el butirato ayuda a fortalecer la barrera intestinal para reducir la infiltración de moléculas inflamatorias al cerebro. Una de las bacterias que más producen butirato son las del género Faecalibacterium, la cual se ha visto disminuida en personas con depresión.
- Secreción de otras proteínas: “gasericinas” facilitan el sueño y mejoran la composición de la microbiota, “lactocepinas” disminuyen la producción de moléculas inflamatorias.
- Secreción de otras biomoléculas activas: la producción de peróxido de hidrógeno (H2O2) por la microbiota ayuda a inhibir rutas metabólicas relacionadas a la inflamación. El metabolito kefiran producido por el lactobacilo del kéfir también inhibe la adhesión de bacterias patogénicas en células del intestino.
Otros efectos benéficos han sido aliviar colitis, ansiedad y estrés, e incluso mejorar la memoria y rendimiento cognitivo (esto último se estudió en ratones). Es importante mencionar que aunque muchos estudios se han realizado para caracterizar los mecanismos de un solo tipo de bacteria, la sinergia de efectos también puede ser importante. Ya que por ejemplo el tipo de probiótico que contiene HYPERION (B. coagulans) además de ayudar a aliviar síntomas relacionados al síndrome de intestino irritable, incrementa los niveles de Faecalibacterium, la cual es gran productora de butirato, por lo tanto de manera indirecta B. coagulans también puede tener efectos en disminuir la depresión [3].
CHECK-POINTS
- Aunque la posibilidad de utilizar probióticos como tratamiento para la depresión en humanos continúa en evaluación, ya se conocen los mecanismos por los cuales pudieran ayudar a mejorar este padecimiento.
- La sinergia de probióticos y prebióticos ayudan a tener mejores beneficios en la salud mental.
- “A la altura de tu salud, HYPERION” contiene fibra y probióticos.
BIBLIOGRAFÍA
[1] R. T. Liu, R. F. L. Walsh, and A. E. Sheehan, “Prebiotics and probiotics for depression and anxiety: A systematic review and meta-analysis of controlled clinical trials,” Neurosci. Biobehav. Rev., vol. 102, no. March, pp. 13–23, 2019.
[2] M. S. Cepeda, E. G. Katz, and C. Blacketer, “Microbiome-gut-brain axis: Probiotics and their association with depression,” J. Neuropsychiatry Clin. Neurosci., vol. 29, no. 1, pp. 39–44, 2017.
[3] S. J. Yong, T. Tong, J. Chew, and W. L. Lim, “Antidepressive Mechanisms of Probiotics and Their Therapeutic Potential,” Front. Neurosci., vol. 13, no. January, 2020.
[4] R. Huang, K. Wang, and J. Hu, “Effect of probiotics on depression: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials,” Nutrients, vol. 8, no. 8, 2016.